Papa quiero ser astronauta
Me gusta jugar con mi hijo a despegar en su nave espacial con destino a la Luna o Marte. El nunca va solo, lleva consigo a Ham o Baker, sus compañeros de viaje en su cohete Apolo.
Quizas yo he sido el culpable, quien en mi afan de que aprendiera algo de nuestro sistema solar y la carrera espacial, he despertado en él el sueño de viajar a otros planetas.
Me asombra con la capacidad de imaginar que cuenta las cosas. Me mira fijamente, se le iluminan los ojos y me susurra al oido para invitarme a jugar con el; Papi tu eres un marciano que vive en un crater y yo voy en mi nave diciendo «Houston tenemos un problema». ¿Vale?
No me resisto a seguir enseñandole las azañas de Laika y los primeros astronaunas de la historia, casualmente perros y monos . Dibujamos planetas y coloreamos cohetes en su pizarra. Aunque para el es un juego. ¿Que mejor manera que aprender jugando?