En una selva muy grande, vivían tres amigos: un tigre llamado Mauricio, un elefante llamado Jumbo y un mono llamado Baker. Jugaban siempre juntos y todo eran risas y aventuras, pero un día se enfadaron.

Todo empezó cuando decidieron juntos construir una casa para todos. Cada uno tenía sus propias ideas de cómo sería la casa. Mauricio quería que fuera fuerte y segura, Jumbo quería que fuera acogedora, mientras que Baker solo pensaba en lo divertido que sería construirla.

Como no se pusieron de acuerdo, empezaron a discutir. Mauricio rugía, Jumbo barritaba y Baker chillaba. La selva, se convirtió en un campo de batalla.

Tristes y enfadados, cada uno tomó un camino por separado. Mauricio buscó una cueva, Jumbo prefirió una charca solitaria, y Baker iba solo de rama en rama.

Una noche, empezó a llover muy fuerte sobre la selva. Mauricio, Jumbo y Baker se dieron cuenta de que su cueva, la charca y árbol no eran tan seguros como la casa que podrían haber construido juntos.

Huyendo de la lluvia se encontraron debajo de un árbol. Mojados y tristes. Entonces recordaron lo divertido que era estar juntos.

Mauricio, Jumbo y Baker decidieron hacer las paces y construir la casa juntos. Aprendieron a escuchar y a respetar las ideas de cada uno. Mauricio puso su fuerza, Jumbo su ingenio, y Baker su alegría.

La casa que construyeron tenía paredes fuertes, rincones acogedores y un columpio divertido. Descubrieron que, trabajando todos juntos, todo funcionaba mejor.

Aprendieron la lección de que la amistad se construye con trabajo en equipo. Y colorín, colorado…