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Aprendiendo a leer II
Estas son algunas de las silabas del método foto silábico de Palau, las que pertenecen a la primera de las cartillas. Mi consejo es adquirir el conjunto de las tres cartillas que conforman el método. Cada ficha esta compuesta por una silaba y el dibujo que la representa. De esta forma el niño asocia el dibujo a la grafía de las letras. Ejemplo de ello “me” en la que relacionamos la silaba con la imagen de una mesa. De este modo podemos componer incluso frases tan solo con la relación de dibujos. En el método se utiliza el tipo de letra “Escolar” pero en adelante utilizaremos distintas fuentes para que el niño se habitúe a la lectura con la grafía que podemos encontrar en cualquier libro de texto. Yo independientemente he creado un pequeño manual con fines a aumentar el vocabulario y las lecturas de las cartillas. Desde el siguiente enlace podéis descargaros el tipo de fuente “Escolar” para utilizarla en cualquier procesador de texto y generar vosotros mismos vuestra cartilla particular. También encontrareis las fuentes punteadas y con pauta para que los niños que empiezan la grafía practiquen.
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Aprendiendo a leer I
Esta fue mi primera cartilla, y probablemente la de muchos de los nacidos en la década de los 70. El método Palau ha enseñado a leer a muchas generaciones desde la fundación de la editorial Anaya, en el año 1959.
Esta forma de aprendizaje esta basada en un método visual para la enseñanza de la lectura y escritura que relaciona las silabas de nuestro alfabeto con imágenes fáciles de interpretar para los más pequeños. En diferentes fases, aprenden a descomponer las palabras en silabas, dando palmadas simultáneamente al tiempo que dicen en voz alta sus nombres. De esta forma los niños aprenden a memorizar las silabas más comunes y vocales de nuestro alfabeto. En una ultima fase formaran frases ayudados por los dibujos que relacionan la grafía de cada sílaba.
Según la profesora de infantil de mi hijo; los niños aprenden a leer solos y no hacen falta este tipo de métodos a su parecer. Mi hijo y el resto de alumnos de la clase han invertido todo un curso escolar para aprender con ciertas lagunas el abecedario en mayúsculas y escribir sus nombres. El objetivo marcado por el centro es que en el próximo y último curso de infantil deletreen palabras, y en un último paso, empiecen a leer de forma “espontanea”.
No muy contento con la progresión de mi hijo en la lectura y en recompensa por su infinito interés en aprender, le he regalado los tres ejemplares de la última edición de esta cartilla. Para que forme parte de su colección de juguetes didácticos. Mi sorpresa es que mi hijo ha tomado las cartillas y la lectura como un juego con el que formar palabras. El resultado es que esta empezando a leer sus primeras frases, aun cuando en su clase la mayoría de niños apenas conocen el abecedario completo.
Cuando los distintos capítulos de las cartillas se le han quedado “pequeños”, he pensado que sería interesante aumentar su vocabulario, siempre adaptado al nivel de lectura de este y las silabas que conoce. El resultado ha sido un pequeño manual con palabras acordes a la progresión del niño. Hemos establecido también un juego con la ayuda de un reloj de arena que mide el tiempo en un total de tres minutos. Pero de esto hablaré en otro post.