Luna
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Viajando a la luna

Desde tiempos inmemoriales el hombre siempre ha soñado con alcanzar la luna, pero no fue hasta el mes de mayo de 1969, cuando el pie de Neil Armstrong pisara este tan asombroso astro en un lugar denominado el mar de la tranquilidad. Con la voz en ingles de este astronauta americano exclamando “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”, concluyó el reto más importante de la carrera espacial mundial.

Desde muy pequeño mi hijo se conoce la historia del viaje del Apolo XI, sus astronautas, logros y cada uno de los distintos módulos que componían la expedición. Quizas he sido yo y su curiosidad quienes hemos despertado en él el interés por nuestra luna.

Con la llegada del hombre se desvanecieron muchos de los falsos mitos sobre nuestro astro más querido. Algunos escépticos aún piensan que el hecho fue un montaje del gobierno americano. Pero lo cierto y verdad es que además de las innumerables fotos y vídeos del hecho. También hay una importante vestigio de nuestra presencia en la luna, al igual de todo lo que toca el hombre. Me refiero a la basura espacial y las huellas de los primeros en llegar.

Tras el Apolo XI se enviaron al menos tres expediciones más para investigar y recoger muestras. Pero, en breve, la luna dejo de ser de interés para la NASA, al ser un pequeño astro desértico y sin vida. A pesar de ello a mi hijo y a mi, me sigue pareciendo algo maravilloso que nos acompaña todas las noches. Sobre todo cuando como esta noche brilla con todo su esplendor.

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